Schoenstatt

“Todo para Schoenstatt,
Schoenstatt para la Iglesia,
la Iglesia para la Santísima Trinidad”.

Padre José Kentenich

Schoenstatt es un Movimiento
apostólico de la Iglesia Católica.

Schoenstatt es un
Movimiento apostólico
de la Iglesia Católica.

Fuimos llamados a ser instrumentos en manos de María y, en alianza con Ella, servir a la Iglesia en su misión de vivir y anunciar el Evangelio.

Schoenstatt es un lugar

La palabra alemana Schoenstatt significa “hermoso lugar”.
Es el nombre del lugar donde surgió el Movimiento, situado muy cerca del río Rin, en Alemania.

Schoenstatt es una familia

Nos unen una madre, un padre, un hogar.

María

María es nuestra madre y educadora.

Con Ella, un ser humano lleno de Dios, sellamos la Alianza de Amor en el santuario. 

Esta alianza es la fuerza que nos impulsa a la santidad en lo cotidiano, para que el mundo se haga María: se llene de Dios y se haga más humano.

Santuario

El santuario de Schoenstatt es nuestro hogar. Allí, a través de María, experimentamos el arraigo en Dios que nos transforma e impulsa a salir al encuentro de los demás, para dar testimonio de su presencia y de su amor.

Padre Kentenich

El Padre José Kentenich  recibió de Dios la misión de reflejar sus rasgos paternales : su misericordia, su fidelidad, su sabiduría educativa. Así llegó a ser padre de innumerables personas.  

La vinculación filial a nuestro padre y fundador afianza nuestro amor a Dios Padre y nuestro compromiso con la misión de Jesús: anunciar su amor al mundo y transformarlo en un Reino del Padre, en una gran familia.

¿Querés conocer las distintas comunidades que formamos la Familia de Schoenstatt?

Schoenstatt es un
estilo de vida

La Alianza de Amor con María nos impulsa a asemejarnos a Ella en nuestra vida cotidiana.

Ser familia es nuestra manera de vivir, de trabajar y de servir.

El amor de Cristo nos urge a encender el mundo con la luz de su mensaje. Lo que somos y hacemos tiene carácter evangelizador. Es un aporte concreto a la obra redentora de Jesús.

Schoenstatt es una misión

Nuestro aporte a la gran misión de la Iglesia consiste en

Formar hombres y mujeres nuevos, a imagen de Cristo, para una nueva comunidad

Creemos que la transformación del mundo necesita de personalidades íntegras que, en libertad y como levadura en la sociedad, sean capaces de gestar una comunidad nueva movida por la fuerza del amor.

Encarnar y anunciar la armonía entre lo humano y lo divino

Queremos asumir el impulso apostólico y misionero confiado por Cristo a la Iglesia y consolidar un cristianismo que encarne la armonía entre la vida y la fe, la cultura y el evangelio, lo natural y lo sobrenatural, la naturaleza y la gracia, donde la experiencia de lo humano se hace camino para llegar a Dios. 

Promover la unión de todas las fuerzas apostólicas de la Iglesia al servicio de la evangelización del mundo

Queremos afrontar unidos en la diversidad el desafío que representa la tarea evangelizadora de la Iglesia en el mundo para penetrar más eficazmente la cultura.