Padre José Kentenich
Fuimos llamados a ser instrumentos en manos de María y, en alianza con Ella, servir a la Iglesia en su misión de vivir y anunciar el Evangelio.
Nos unen una madre, un padre, un hogar.
María es nuestra madre y educadora.
Con Ella, un ser humano lleno de Dios, sellamos la Alianza de Amor en el santuario.
Esta alianza es la fuerza que nos impulsa a la santidad en lo cotidiano, para que el mundo se haga María: se llene de Dios y se haga más humano.
El santuario de Schoenstatt es nuestro hogar. Allí, a través de María, experimentamos el arraigo en Dios que nos transforma e impulsa a salir al encuentro de los demás, para dar testimonio de su presencia y de su amor.
El Padre José Kentenich recibió de Dios la misión de reflejar sus rasgos paternales : su misericordia, su fidelidad, su sabiduría educativa. Así llegó a ser padre de innumerables personas.
La vinculación filial a nuestro padre y fundador afianza nuestro amor a Dios Padre y nuestro compromiso con la misión de Jesús: anunciar su amor al mundo y transformarlo en un Reino del Padre, en una gran familia.
La Alianza de Amor con María nos impulsa a asemejarnos a Ella en nuestra vida cotidiana.
Ser familia es nuestra manera de vivir, de trabajar y de servir.
El amor de Cristo nos urge a encender el mundo con la luz de su mensaje. Lo que somos y hacemos tiene carácter evangelizador. Es un aporte concreto a la obra redentora de Jesús.
Nuestra forma de vincularnos con Dios está asegurada por
Nuestro aporte a la gran misión de la Iglesia consiste en
Creemos que la transformación del mundo necesita de personalidades íntegras que, en libertad y como levadura en la sociedad, sean capaces de gestar una comunidad nueva movida por la fuerza del amor.
Queremos asumir el impulso apostólico y misionero confiado por Cristo a la Iglesia y consolidar un cristianismo que encarne la armonía entre la vida y la fe, la cultura y el evangelio, lo natural y lo sobrenatural, la naturaleza y la gracia, donde la experiencia de lo humano se hace camino para llegar a Dios.
Queremos afrontar unidos en la diversidad el desafío que representa la tarea evangelizadora de la Iglesia en el mundo para penetrar más eficazmente la cultura.